martes, febrero 13, 2007

una mas




A contra tarde, y con una bruma densa cubriendo la mitad del monte, emprendo un paseo abandonado durante meses. Un ruido incesante de maquinas voraces, me hace andar deprisa por lo que antes era un sendero, para averiguar que nueva herida le estaban haciendo al pinar. Al doblar una curva me encuentro con un nuevo paisaje lunar. Ahora se donde iban por la mañana una fila interminable de camiones de gran tonelaje con los que me he cruzado en medio del pueblo. No se si podéis apreciar las toneladas de tierra que ya han caído sobre el monte bajo sobre el que muchos paseábamos hace unos días, incluso han cerrado el camino, y han acabado con unas escalinatas realizadas otrora por el propio ayuntamiento para facilitar el acceso al monte. Lo que mas me asombra es que logren dormir con el grito sordo de tanta vida que aniquilan.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Nada más estremecedor que contemplar la herida ocasionada por la visión de otra herida. La gloria del desocultamiento: iniciar la travesía en la mirada del otro, devenir un mirar otro.
La deuda de gratitud es entonces insubsanable.

8:21 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home