vestigio,traza, señal, huella

La inclemente lluvia que cayó ayer, ha dejado desnudo el suelo de la dehesa en la que hoy he paseado bajo el tibio sol que calentaba empapadas telarañas, bayas, hongos y musgos. El otoño de nuevo y un poco de paz al mediodía.
Piedras, restos metálicos, raíces, antes ocultos, han aflorado a la superficie junto a este herrumbroso clavo retorcido que descansa sobre mi mano y da sombra a la línea de la vida.
Mi mano y la mano de mi padre, grande y fuerte.
Un clavo que recuerda que por ese lugar quizá pasó algún carro del que pudo caerse. El trabajo incesante en torno a la construcción del palacio y de la iglesia. El tiempo que pasa y quema la memoria. Este pueblo lleno de historia y de dolor, y mi mano abierta al objetivo como a un martillo.
3 Comments:
Hablas de dolor. Pues que ese clavo que vemos saque el que no se ve.
tengo a araceli al lado que quiere comentar
y vamos a probar
Publicar un comentario
<< Home