sábado, marzo 03, 2007

el dorado


Hoy el solecillo de esta primavera temprana me ha permitido descubrir el oro que brilla en la arena bajo el agua del pequeño arroyo en la Herrería. Mirando con atención he visto ese mismo brillo en todas partes. Estamos rodeados de toneladas de polvo del preciado metal.
¡Ojalá lo vean pronto los del negocio del ladrillo!
Cojerán los cedazos y dejarán en paz a los pinos.