los dueños del monte


Un corzo me atisba entre los árboles. La hembra también me ha visto. Desde la espesura del bosque me vigilan. Juntos corren dando grandes saltos entre la retama, las jaras y los pinos. El suelo está blando porque ha llovido y mis pisadas no se escuchan, pero ellos, a unos cien metros monte arriba, ya me han descubierto con el arma de mi olympus haciendo blanco. Ha sido la sorpresa más estimulante que podría deparar el día.
Y yo pienso en este paraje de privilegio a cincuenta kilómetros mas o menos de las torres gigantes de la ciudad. Y pienso en nuestra codicia que les cerca cada vez más.
Y yo pienso en este paraje de privilegio a cincuenta kilómetros mas o menos de las torres gigantes de la ciudad. Y pienso en nuestra codicia que les cerca cada vez más.
2 Comments:
Habria que echar fuera a todos los que se han ido a vivir a las casas nuevas en el escorial en los ultimos años. se han comido el monte. me da pena ver todo lo que han hecho encima de la plaza de toros
No, habria que exigir un crecimiento de nuestro pueblo limitado a la capacidad que puede absorver con sus servicios sin empeorar la calidad de vida de sus habitantes y sin agredir el entorno maravilloso que tenemos
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