jueves, octubre 04, 2007

instante

Lo que veis es simplemente el paso de una nube. Sujetaba la cámara ante esa tersura brillante de la hiedra y tras un disparo, otro para mejorar el encuadre. Sólo tras ese segundo que deja al ojo el visor para comprender lo que ha captado, me di cuenta que al sol le habían echado una manta durante un instante y me acordé del poeta alemán que describió la secuencia de un beso bajo la sombra de un ciruelo joven.


vestigio,traza, señal, huella


La inclemente lluvia que cayó ayer, ha dejado desnudo el suelo de la dehesa en la que hoy he paseado bajo el tibio sol que calentaba empapadas telarañas, bayas, hongos y musgos. El otoño de nuevo y un poco de paz al mediodía.
Piedras, restos metálicos, raíces, antes ocultos, han aflorado a la superficie junto a este herrumbroso clavo retorcido que descansa sobre mi mano y da sombra a la línea de la vida.
Mi mano y la mano de mi padre, grande y fuerte.
Un clavo que recuerda que por ese lugar quizá pasó algún carro del que pudo caerse. El trabajo incesante en torno a la construcción del palacio y de la iglesia. El tiempo que pasa y quema la memoria. Este pueblo lleno de historia y de dolor, y mi mano abierta al objetivo como a un martillo.